Durante años, el valle tenía una carencia que cuando llegaba el invierno las gentes que no habían hecho acopio de viandas durante el tiempo de recolección, pues lo pasaban en apuros, y los campesinos y granjeros les rogaban a su forma ponían flores y frutas en un ara cerca de la cueva, rezaban y y también se regalaban entre ellos, durante días, cuándo pasaba el evento que sucedía al final del verano, algunos comentaban que lo habían visto en la montaña haciendo como un árbol o algo así, las murmuraciones las creían unos y otros ni se daban por aludidos.
Pasados los años, llegaron gentes de otros lugares y estos a la vuelta lo dijeron a otras regiones y el valle se fue poblando mas y mas de gentes con otras lenguas, todo parecía no tener fin, abrieron minas por doquier, contaminaron el rio hasta no poder usar el agua, los cultivos eran agresivos para la tierra, utilizaron productos tóxicos y llegaron las enfermedades y calamidades, en poco el tiempo el florido valle tenia aspecto ruinoso sin vida ni alegría.
Años después las gentes del valle se reunieron para decidir visitar al dios de la abundancia que tanto había hecho por el valle y que lo habían olvidado casi por completo, los campesinos los ganaderos se quedaron arruinados tras varias décadas de riqueza los que quedaron, nietos y biznietos de aquellos nobles campesinos y ganaderos estaban arruinados.
Llegaron hasta las montañas, cientos de personas como en cofradía, acamparon días y noches y el dios de la montaña no daba señales, pero cuando estaban a punto de retornar, el cielo cambió de color de plomo a negro, llegó una tormenta en forma de nieve que cubrió el campamento y apunto de morir de frío, se apareció como una figura inmensa y les dijo¡¡habeis traicionado al valle y también a mi!!!El castigo será inviernos como esta nieve, pasareis frio y nunca volveré para ayudaros, El dios de la montaña se fue y pasaron muchos años como predijo, fríos, nieves y calores.