Para Lucía

12.12.2014 15:10

Otro día, Lucia en este hospital clavado en la era de (La MIndola) aunque diga mi primo que se llamaba de otra forma, yo creo que mi primo iba para relamido y se le ha ido la pinza de la juventud, re voy a contar los veranos que pasábamos de los tejares a la erilla y a Vadollano a bañarnos en el Piélago, hoy parece que quieren hacerlo Patrimonio cultural, pero eso está peor que cuando éramos chavales.

Bajábamos en el tren , hoy ya desaparecido y las vías férreas se han convertido en vía verde, las cosas de la vida, Lucy el peligro que corríamos y éramos ajenos al mismo, en esos vagones cisternas de a saber lo que transportaban, las gentes decían el día que exploten no va a quedar ciudad,  iban acompañados de una unidad de pasajeros, pero esa era para gente de dinero, nosotros nos subíamos en marcha y para cuando se daba cuenta el revisor llevamos medio camino hecho, si mi madre se hubiese enterado hubiera mandado a la guardia civil.

La verdad sea dicha, se pasaban los veranos tan rápidos, que entre baño y baño viaje va y viene nos fuimos haciéndonos mayores, recordando Lucía esos tiempos de bajar al piélago a bañarnos como nuestra madre nos trajo al mundo y hacernos unas pajillas debajo del puente de la chocolatera o la bombonera, cosa de chocolate era, había dos zonas de baño una la de la entrada por la carretera que era la zona de los mariquitas como decía mi amigo manolo y otra era la de debajo del puente la buena la peligrosa, ahí iban los machos nada de mariquitas nada de bañador ni calzoncillos nada de nada, “HA” desde las piedras de cabeza, alguno se lisió Lucía, según el manolo y el raspao por mariquitas te contaría más pero es muy tarde y tengo miedo de aburrirte, ella me dice aburrirme pero si tengo el corazón que se me va a salir, mañana te veo y te cuento más cositas.

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